Entrevista con Jaume Vilardell
Hablamos con uno de los ilustradores españoles con más proyección internacional sobre su trayectoria, inspiración y su colaboración con Nicolás Joyeros.
Antes de convertirse en ilustrador, Jaume Vilardell (Palma/Mallorca, 1966) quiso ser arquitecto. Sin embargo, su interés por la arquitectura de los objetos cotidianos fue lo que hizo que finalmente se decantara por estudiar diseño industrial y de mobiliario. Pero ahí no se acaba la historia: si hoy es uno de los ilustradores españoles con más proyección internacional se debe, en parte, a que antes de dedicarse a la ilustración trabajó durante años como director creativo en el sector de la comunicación y el diseño. Sin duda, Jaume estaba predestinado a desembocar toda su creatividad, bagaje y talento en un oficio maravilloso como es el de la ilustración, y así lo avalan 15 años en la industria e incontables encargos de grandes firmas y cabeceras como Condé Nast, Mondadori, Die Zeit, El País o Hearst, entre otras.
En 2017 tuvimos el honor de colaborar con él para un proyecto muy
especial, el de convertir en acuarelas los diseños de Compromiso y
Nómada, dos de las colecciones más queridas de Nicolás. No queríamos
dejar escapar la oportunidad de hablar con él sobre su trabajo y sobre
una colaboración que siempre recordaremos. Pasen y lean.
Jaume, empecemos por el principio. ¿Siempre supiste que querías ser ilustrador? ¿Qué te llevó hasta donde estás ahora?
En realidad quería ser arquitecto, la verdad, aunque finalmente me pareció más interesante la arquitectura de los objetos cotidianos, que descubrí en la época pre-internet a través de revistas como ARDI (Arquitectura y Diseño) que hablaban del apogeo del diseño español de principios de los 90. Al mismo tiempo descubrí que por primera vez se impartían estudios de diseño industrial en Palma (aún de manera experimental) en la entonces Escuela de Artes y Oficios, así que me matriculé sin pensarlo. Fue más tarde, ya trabajando como director creativo en el estudio ForaVila, cuando tuve la oportunidad de trabajar con ilustradores y conocer su profesión. De hecho, en algunas ocasiones me encargué yo mismo de hacer las ilustraciones en algunos proyectos. Y fue cuando monté mi propio estudio cuando vi la posibilidad de dedicarme a ello profesionalmente.
¿Qué aspectos de tu formación como diseñador dirías que te han servido más en tu faceta artística?
Mi formación, y en ello incluyo mi trayectoria profesional, ha sido muy transversal y heterogénea, ya que he participado en proyectos muy diversos: campañas de comunicación, diseño de producto, de espacios museísticos, proyectos editoriales, etc. Al final te das cuenta de que todo suma y que algo de lo que pudiste aprender en el pasado, te está sirviendo para abordar un proyecto de ilustración. Tal vez el proceso proyectual es lo que aplico a todos mis proyectos, sean de la índole que sean.
¿Cómo describirías tu proceso creativo?
Lo dividiría en dos partes diferentes: una primera fase puramente intuitiva, que suele ocurrir en el mismo momento que el cliente te explica su encargo. Intento estar con mi mente lo más en blanco posible y totalmente abierto a la propuesta. De ahí obtengo un primer mapa mental de esa idea incipiente. La segunda fase es sistemática; se basa en la obtención información sobre la marca o cliente, el sector en el que compite y en la selección de referencias, todo ello antes de crear el primer boceto. Todo este trabajo previo es esencial para poder ofrecer al cliente una propuesta adecuada a la necesidad del proyecto.
¿Cómo conjugas la parte creativa y comercial de tu trabajo?
Soy un pésimo comercial y además muy autocrítico… así que siempre he intentado delegarlo en alguien con verdadero talento. Tengo la suerte de compartir casa y estudio con una de las mejores project manager que conozco. Gabrielle desarrolló y llevó a cabo una estrategia a nivel global que muy pronto dio resultados sorprendentes. Actualmente la parte comercial la lleva a cabo 2DM Management, la agencia que me representa.
¿Cuáles son tus principales fuentes de inspiración y referentes a la hora de crear?
Mi principal fuente de inspiración, insisto, es el cliente. Me gusta introducirme en su mundo y desarrollar algo que se adapte a éste de forma orgánica. De esta forma es como pretendo conseguir amplificar la imagen de una marca o la identidad de un producto.
¿Con qué materiales sueles trabajar más a menudo?
Depende del medio más adecuado para un determinado encargo. Me gusta mucho dibujar a bolígrafo BIC y a lápiz. También la acuarela o el gouache. A veces mezclo materiales y medios digitales.
¿Qué cambios crees que ha experimentado el mundo de la ilustración en las últimas décadas?
Creo que el principal cambio en las últimas décadas ha sido internet, que te da acceso a cualquier mercado en todo el mundo, independientemente de tu ubicación, sin dejar de mencionar la introducción de medios digitales como herramientas de trabajo.
¿Qué lugar crees que ocupa la ilustración de moda y, más concretamente de joyería, hoy en día?
Aunque la fotografía es el medio más utilizado en moda, la ilustración mantiene siempre su recinto especial. Recientemente, L’Officiel Italia ha publicado un número especial en el que 10 ilustradores hemos interpretado sendas colecciones de alta costura. Otro ejemplo: las obras de ilustradores como David Downton se exhiben en espacios como el Victoria Albert Museum de Londres.
Nos encantaría que compartieras con nosotros algunos de tus ilustradores favoritos y proyectos de los que guardes un recuerdo especial.
Me gusta mucho René Gruau, artífice de magníficas campañas para Dior durante tres décadas. En España, me gusta mucho el trabajo de Carmen García Huerta, Berto Martínez, Jordi Labanda o Ignasi Monreal. En cuanto a proyectos, cada uno es un nuevo reto apasionante. Aunque hay algunos que te impactan ya al primer email o llamada telefónica. Recuerdo la euforia cuando me llamaron una noche desde Los Ángeles para una campaña continental de una producción de Sony Pictures para Lifetime, mi primer gran proyecto internacional.
Háblanos de tu colaboración con Nicolás Joyeros, para la cual interpretaste 5 piezas emblemáticas de las colecciones Compromiso y Nómada. ¿Cuál dirías que para ti fue el verdadero reto del encargo?
Se trataba de la primera vez que recibía un encargo de joyería. En la primera visita a la tienda pude ver de cerca no sólo estas colecciones, sino también su colección de delicadas piezas que tres generaciones atrás ya manufacturaban en su taller y que actualmente siguen manufacturando con la experiencia acumulada generación tras generación. A través de la lupa, me impresionó la minúscula y delicada arquitectura de cada pieza, las diferentes tallas, engarces, etc. El reto era detallar todo esto y dibujarlo de forma correcta, resaltando el trabajo detrás de cada pieza de Nicolás Joyeros.
Y por último,
¿cómo viviste la experiencia de trasladar tu lenguaje visual al mundo de
las joyas por primera vez? ¿Qué te sugieren las piezas Nicolás?
Mi
idea era dibujar las joyas como si se trataran del boceto de una idea,
como las hubiera dibujado el Sr Nicolás o Andrea a la hora de
diseñarlas. Por esta razón elegí trabajar sobre la textura de un papel
modesto y con ciertos tonos que permitieran resaltar los brillos del
metal y las piedras preciosas. Las piezas de Nicolás Joyeros me sugieren
elegancia atemporal, sabiduría, calidad, tradición… Los valores de una
gran marca.
Descubre el trabajo de Jaume Vilardell aquí
Passeig del Born, 18. Palma de Mallorca. España.
t. (+34) 971 722 889 · Email